Empecé a tocar guitarra algunos años antes de que se popularizaran los afinadores eléctricos. Esto me forzó a aprender a afinar mi instrumento “al oído”. La forma de hacerlo era comparando el sonido de mi guitarra con el sonido de algún instrumento que estuviera afinado, ya sea un piano u otra guitarra. Tenía que hacer sonar el instrumento afinado y luego mi instrumento y comparar el sonido. Si mi instrumento no sonaba igual al instrumento afinado tenía que hacer los ajustes para lograr que sonaran igual; El proceso era repetido las veces que fuera necesario hasta lograr que sonaran exactamente igual.
Esto me ayudó mucho para desarrollar mi oído pues tenía que comparar constantemente entre lo afinado y lo desafinado, es decir, entre lo correcto y lo incorrecto.
Esto me ha llevado a pensar en mi propia vida y cómo afinarla.
La Palabra de Dios es el instrumento que me marca la nota correcta que debo buscar reproducir en mi propia vida. Debo compararme constantemente con ella y hacer los ajustes necesarios para que mi vida pueda estar a tono con Su Verdad.
¿Cuándo fue la última vez que leíste tu Biblia con un corazón dispuesto a dejarte transformar por su Verdad?
¿Cuándo fue la última vez que pudiste sonreir con satisfacción al comparar algún área de tu vida con la Palabra de Dios y encontrar que estaban “sonando igual”?
Nuestro tiempo de lectura personal de la Biblia es el mejor momento para que el Espíritu Santo pueda hacer transformaciones profundas en nuestra vida a fin de poder estar “afinados con Dios”.
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. 17 Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra. 2 Timoteo 3:16 – 17 (NTV)
Bendiciones siempre!!
PD. Si este mensaje bendijo tu vida, porfavor toma un momento para compartirlo con alguien más.