Cuando un creyente constantemente practica cada una de las acciones que comparto a continuación, estas llegarán a convertirse en un hábito en su vida y la consecuencia de estos hábitos será una vida cristiana fructífera.
Cuando un creyente constantemente practica cada una de las acciones que comparto a continuación, estas llegarán a convertirse en un hábito en su vida y la consecuencia de estos hábitos será una vida cristiana fructífera.