Nómadas

La meta final de Dios para nuestra vida terrenal no es darnos una vida cómoda, predecible y placentera. A decir verdad, al momento de escribir estas líneas no recuerdo ningún personaje bíblico a quien Dios haya usado poderosamente y que haya llevado un estilo de vida así. Por el contrario, personajes como El Rey David, Moisés, el apóstol Pablo, el profeta Elías y Daniel enfrentaron grandes adversidades pero su confianza en la Palabra de Dios los hizo prevalecer en cada situación.

El apóstol Pedro escribió:

Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aun cuando tengan que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.” (1 Pedro 1:6–7, NTV)

En años recientes mucha predicación en la iglesia cristiana se ha enfocado prometer una vida llena de éxito y sueños cumplidos de acuerdo a los estándares de este mundo. Y voluntaria o involuntariamente este mensaje ha implicado que si no estas viviendo en ese estándar no estás viviendo en la Voluntad de Dios para tu vida.Sin embargo en la Escritura se hace mención de aquellos que murieron sin ver las promesas de Dios cumplidas en sus vidas y dice algo precioso acerca de ellos.

Todas estas personas murieron aún creyendo lo que Dios les había prometido. Y aunque no recibieron lo prometido lo vieron desde lejos y lo aceptaron con gusto. Coincidieron en que eran extranjeros y nómadas aquí en este mundo. Es obvio que quienes se expresan así esperan tener su propio país. Si hubieran añorado el país del que salieron, bien podrían haber regresado. Sin embargo, buscaban un lugar mejor, una patria celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de ser llamado el Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.” (Hebreos 11:13–16, NTV)

Amigo o amiga que lees estas líneas, si has estado atravesando adversidades y sufrimiento y aún no ves la promesa de alivio cumplida en tu vida. No permitas que tu fe en Dios y Su Palabra desfallezca. Esta temporada que vivimos aquí en la tierra no está garantizada de ausencia de sufrimiento, al contrario Jesús advirtió que sus discípulos enfrentaríamos aflicción. Pero la eternidad, la que en realidad importa, esa es la que estará libre de tormentos para aquellos que profesamos a Jesús como nuestro Salvador y Señor de nuestras vidas.

Así que no te desanimes ni te apartes, quizá seamos de aquellos de quienes Dios no se avergüenza de ser llamado su Dios . Aquellos que no veremos la promesa cumplida en esta tierra pero la disfrutaremos en la eternidad. A Él sea la Gloria y nuestro sometimiento a su Sabiduría para con nuestras vidas. En el nombre de Jesús. Amén!

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