“Me levanto temprano, antes de que salga el sol; clamo en busca de ayuda y pongo mi esperanza en tus palabras.” (Salmo 119.147, NTV)
En numerosas ocasiones el Rey David enfrentó situaciones difíciles. Atentados contra su vida, crisis de gobierno, hijos rebeldes, injusticias etc. Y en este breve versículo nos enseña tres acciones concretas que él tomó en medio de la crisis y que tú y yo podemos imitar sin importar la dificultad que estemos enfrentando.
Me levanto temprano, antes de que salga el sol.
Lo importante de esta acción no es el hecho de levantarse temprano sino el propósito por el cual lo hace. Buscar la Presencia de Dios. El iniciar el día en oración nos cambiará la forma en que enfrentaremos la jornada.
Clamo en busca de ayuda.
A veces nos presentamos delante de Dios buscando las frases “correctas” Frases como “Declaro que todo va estar bien” “Señor, no me dejaré vencer” etc. Frases en donde todavía el “yo” tiene algún mérito, dónde demuestro que aún quedan fuerzas en mí, dejando ver que aún no he aceptado, con humildad, mi incapacidad de salir de esto sin la total dependencia de Dios. Cuando el salmista se presentó y clamó por ayuda la palabra hebrea que utilizó en este salmo expresa la idea de un grito desesperado. Ese es el clamor de un corazón quebrantado y humillado delante de Dios. Ese es el clamor que nos hace crecer en nuestro conocimiento de Dios.
Y pongo mi esperanza en tus palabras..
El Salmista conoce la Escritura y más importante aún, decide confiar en ella y actuar conforme a ella. Él no estaba basándose en un cambio de circunstancias para saber que Dios está en control. Lo único que ha necesitó saber es que Dios lo dijo para poder encender la llama de la esperanza y aguardar con paciencia el desenlace perfecto que tendría su situación. No siempre obtuvo el desenlace que deseó pero atravesó el proceso de mejor forma sabiendo que Dios estaba en control.
Así que tomemos ejemplo del Rey David y hagamos el buscar a Dios nuestra prioridad diaria, humillémonos y clamemos delante de Él y confiemos en que SU Palabra operará en nuestras vidas.
Que Dios te bendiga.