Dice la Palabra de Dios.
“Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme.” (Jeremías 29.13, NTV)
Siendo que en nuestra era tenemos la ventaja de poder hacer búsquedas instantáneas de información a través de la internet; muchas veces, en forma inconsciente pensamos que con Dios es igual y que podemos hacer una búsqueda de Dios que producirá resultados intantáneos. Pero no es así. Cuando la Palabra de Dios nos dice: “Si me buscan de todo corazón” nos está haciendo referencia a un seguimiento constante e intenso. De hecho, la palabra original que utiliza el profeta Jeremías en hebreo es: darásh y se refiere a una persona persiguiendo a otra. No es muy difícil, para muchos de nosotros, traer a nuestra mente alguna escena de Hollywood donde el héroe es perseguido o persigue a alguien en medio de explosiones, accidentes y disparos; O también en “Discovery Channel” hemos visto una fiera al acecho en busca de su presa que seguramente no descansará hasta encontrarla y capturarla. ¿Alguna vez el coyote se rindió en su intento de cazar al correcaminos? (Imagino que recuerdan esos personajes de las caricaturas)
¿Podría la intensidad de nuestra “persecución” de Dios compararse con la intensidad en una de estas escenas? Porque es a ese tipo de búsqueda a la que el autor bíblico se refiere.
Nuestra naturaleza humana será el primer gran obstáculo a superar en nuestra busqueda de Dios. A nuestra carne no le gustará ni le interesará ir tras la Presencia de Dios con la misma voracidad que irá tras el entretenimiento o el placer. Es más, se opondrá férreamente a ello. Cuántas veces no hemos preferido seguir durmiendo en lugar de levantarnos a buscar el rostro de Dios, o quizás nos desvelamos viendo una película que no es precisamente edificante, pero no estamos dispuestos a tomar esos 90 minutos de película y sustituirlos por un tiempo devocional con Dios que incluya oración, adoración y lectura de la Biblia.
Si alguna vez has tenido la oportunidad de disfrutar algún tiempo de comunión personal con Dios estoy seguro que coincidirás conmigo en reconocer que es lo mejor de lo mejor. Si nunca lo has experimentado te animo a iniciar hoy mismo.
Nada será más beneficioso para tu vida. Ni un aumento de sueldo, bajar de peso o comprar el carro o la casa de tus sueños se comparará a la plenitud que sentirás al pasar un tiempo personal con Jesús diariamente. Esfuérzate por ello, hazlo la prioridad de tu vida, que nada te lo impida. No estoy hablando de 5 o 10 minutos medio adormitado y medio balbucear una oración. Estoy hablando de el tiempo necesario para que nuestro espíritu sea saciado y nuestra mente transformada por medio de la Palabra de Dios.
Busca a Dios de todo corazón y Él se dejará encontrar.
Te recomiendo también leer este artículo.
Bendiciones Siempre!!