Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer;
si tiene sed, dale de beber.
Actuando así, harás que se avergüence de su conducta,
y el Señor te lo recompensará.
Proverbios 25:21-22 NVI
Suplir la necesidad de un enemigo es algo que parece ilógico, pero cuando permitimos que el amor de Jesús gobierne nuestras acciones nos damos cuenta de que es posible hacerlo.
La siguiente vez que tengas la oportunidad de ser bendición para alguien que ha buscado perjudicarte…¡Bendícelo! Dale tu ayuda, decide amar a esa persona, así como Jesús la ama; y disfruta de esa indescriptible satisfacción de cumplir con la Palabra de Dios.
Dios te recompensará más allá de lo que imaginas.