Segundo domingo púrpura – Enojo Peligroso

Que Dios le bendiga grandemente. Está siendo una tarde lluviosa por aquí y al momento de escribir esta nota estoy viendo a mis hijos jugar sobre la alfombra y puedo escuchar la lluvia cayendo en el exterior de la casa. Alabo a Dios por momentos como este, en los cuales puedo sentir su amor y cuidado por nosotros a  través de estos  detalles tan simples.

Durante el tiempo de alabanza y adoración de hoy, en CVC, disfrutamos del júbilo de la presencia de Dios. Muchas gracias a los músicos y sonidistas que hacen estos momentos posibles con su trabajo y esfuerzo.

El mensaje  tocó varios puntos de interés y edificación para nuestras vidas comenzando con mi esposa y yo, quienes tuvimos el privilegio de compartirlo.

Algunas estadísticas interesantes sobre el enojo:

  • El hombre promedio se enoja un estimado de 6 veces por semana.
  • La mujer promedio se enoja un estimado de 3 veces por semana.
  • Las mujeres tienden a enojarse más con las personas, mientras que los hombres se enojan más con las cosas o situaciones.
  • Los solteros tienden a expresar su enojo el doble de lo que lo hacen los adultos casados.
  • Solemos  expresar nuestro enojo en casa más que en cualquier otro lugar.

Entre los puntos destacados del mensaje tuvimos:

  • No deje que el enojo le robe la bendición de Dios.
  • Usted puede ganarle al enojo.…pero ahora es el momento de eliminar el enojo, la furia, el comportamiento malicioso, la calumnia y el lenguaje sucio. Colosenses 3:8 NTV
  • No debemos dejar que el enojo controle nuestra vida, eso es pecado.

    No pequen al dejar que el enojo los controle;
    reflexionen durante la noche y quédense en silencio.
    Salmo 4:4 NTV

    Los necios dan rienda suelta a su enojo,
    pero los sabios calladamente lo controlan.
    Proverbios 29:11 NTV

    Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle»[a]. No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, 27 porque el enojo da lugar al diablo.  Efesios 4:26-27 NTV

Tips prácticos para controlar el enojo.

  • Ore sometiendo su temperamento a Dios.
  • No hable o actúe mientras está en pleno enojo porque entonces el enojo será quien hable o actúe por usted, tomándo así el control.
  • Apartese un momento del lugar, respire aire fresco y pida a Dios que Él tome el control.

En conclusión, todos nos enojamos. El problema está cuando dejamos que el enojo sea quien controle las situaciones y poco a poco nuestra vida. Pero Dios nos quiere libres de esa esclavitud a nuestro temperamento así que no rehuyamos de tratar esta área de nuestra vida con Él.

Bendiciones siempre!

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